Me dejaste una adicción al chocolate, muchos cuentos a detalle para poder bien dormir. Me dejaste solo un beso en la mejilla y un roce en la rodilla para más pensar en ti. Si yo pudiera pedir lo que quisiera sé que te traería de vuelta para verte sonreír y entre todo lo que tal vez te dijera estaría la certeza de que eres para mí.
Me dejaste una canción en la cabeza con un coro que me cuenta lo que adoras de mí y olvidaste llevarte aquella paleta con sabor a fruta fresca que tuve que compartir. En tus ojos veo historias que se cuentan para caminar despierta a media noche hacia el mar, sin temor a que la niebla aparezca y haga que pierda de vista de pronto al capitán.
Y aquí estás aunque no estés, enmedio del desastre a mis pies y es natural, ya lo sé, que algún día te veré.
Me dejaste un gusto por los colores y el sentir de mil amores mucho antes de nacer. Y toda una videogalería de cosas que me dan risa hasta que el aire perdí. He encontrado más escritos que te llaman sin que sepas …